Una joven lideresa del sector rural en busca de lograr la igualdad 

Aracely de 20 años creció en un entorno rural de la provincia de Loja. Su infancia estuvo llena de juegos al aire libre con amigas, de exploración y de momentos valiosos junto a sus abuelos. A pesar de los desafíos que enfrentaba la vida rural, Aracely recuerda esos años como una época de felicidad y aprendizaje, donde su curiosidad era siempre alentada. Sus padres, Matías y Lida, le inculcaron el amor por el trabajo duro, la responsabilidad, la empatía y los valores que le han guiado a lo largo de su vida. La familia compartía mucho tiempo juntos, apoyándose mutuamente, algo que ella añora con nostalgia, deseando que esos tiempos vuelvan. 

Los pilares fundamentales de su vida han sido sus padres. Su papá, Matías, le enseñó el valor de la perseverancia y el esfuerzo constante. Su mamá, Lida, le mostró la importancia de cuidar a los demás y de no dejar nunca de aprender. Ambos fueron modelos a seguir en distintos aspectos, y su guía fue esencial para que Aracely creciera como una joven decidida a marcar la diferencia. 

Desde pequeña, Aracely soñaba con ser alguien que dejara una huella en su comunidad. A medida que fue creciendo, su meta se fue enfocando en ayudar a los más vulnerables, especialmente a los niños y a las personas de la tercera edad, grupos particularmente desatendidos en su sector.  

El camino de Aracely hacia el activismo comenzó cuando se unió a los programas de Plan International. Su primer contacto fue con el proyecto Zona Segura, donde aprendió sobre la importancia de reducir la vulnerabilidad de las niñas y adolescentes frente a la violencia y los riesgos de desastres naturales. Este proyecto la inspiró a continuar su formación en la escuela de liderazgo, donde fortaleció sus habilidades como joven lideresa. Este proceso de aprendizaje y empoderamiento le llevó a formar parte del Movimiento Por Ser Niña (MPSN), un grupo de la sociedad civil que busca promover la igualdad de género y alzar la voz de las niñas en su comunidad. 

Lo que más motivó a Aracely a unirse al Movimiento fue su compromiso innato con la igualdad de género. Su primer contacto con el movimiento fue inspirador; vio en las personas involucradas una gran pasión y determinación para generar un cambio positivo en sus comunidades. 

Las capacitaciones que ha recibido sobre igualdad de género, liderazgo y autoestima han sido cruciales para su crecimiento personal y profesional. El liderazgo, en particular, ha impactado profundamente su vida, dándole las herramientas para influir en su entorno de manera positiva. Aracely ha aprendido a comunicarse de forma efectiva, tomar decisiones con confianza y empatizar con las necesidades de los demás. Estas habilidades le han permitido convertirse en un referente en su comunidad y gestionar proyectos que abordan temas esenciales como la igualdad de género y la educación en situaciones de emergencia. 

Desde que comenzó a formar parte del MPSN, Aracely ha experimentado un cambio significativo en su autoestima. Ahora se siente más segura de sí misma y de su capacidad para enfrentar desafíos. El Movimiento también le ha enseñado a valorar su voz y los derechos de las niñas, reconociendo que su empoderamiento no solo mejora su vida, sino que contribuye al progreso de toda la comunidad. 

A través de su trabajo en el Movimiento, Aracely ha contribuido a crear conciencia sobre la importancia de la igualdad de género. Sus esfuerzos han generado un interés creciente en su comunidad por aprender y promover una sociedad más equitativa. Ella ha liderado actividades y campañas, como la distribución de kits de higiene y la educación en emergencias, que han beneficiado a los más necesitados. 

Aracely aspira a seguir aprendiendo, creciendo y preparándose en su carrera de Educación Inicial para ofrecer una educación de calidad a los niños y niñas. Sueña con viajar, conocer nuevas culturas y desarrollar sus habilidades en otras áreas. Pero, sobre todo, su objetivo es seguir luchando por la igualdad de género y los derechos de las niñas. 

A las chicas que están empezando a involucrarse en movimientos similares, ella les aconseja que sean auténticas y valientes. “No tengan miedo de expresar sus ideas y de ser ustedes mismas. Rodearse de personas que las apoyen es clave, y recuerden que el cambio empieza por nosotras“, dice con una sonrisa segura. 

Para Aracely, la lección más valiosa que ha aprendido durante su tiempo en el MPSN es que cada niña tiene derecho a ser escuchada y a participar activamente en las decisiones que afectan su vida. El movimiento le ha mostrado que la igualdad de género no solo beneficia a las niñas, sino que también contribuye al bienestar general de la comunidad. 

Aracely es un claro ejemplo de cómo la fuerza de voluntad, el liderazgo y la empatía pueden transformar realidades. Su historia refleja la importancia de la educación, el empoderamiento y la lucha constante por una sociedad más justa y equitativa. 

Si quieres conocer más sobre el Movimiento Por Ser Niña visita: 

Autora: Jehocasta Fierro, Técnica de Sostenibilidad 

Oficina Loja 

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