MARGARITA: “NUNCA ABANDONÉ MIS ESTUDIOS” 

“Durante mi adolescencia viví muchas situaciones de vulnerabilidad porque desconocía mis derechos, yo pensaba que las mujeres no podían estudiar y que no estaban capacitadas para dar su opinión sobre los temas de la vida diaria, mientras que los hombres si podían hacerlo”, cuenta Margarita, una mujer de 42 años de edad que vive en una comunidad rural en Manabí, forma parte de una familia de cuatro hermanos donde ella es la segunda y única mujer. 

Cuando era niña, Margarita tuvo que migrar con su familia a otra ciudad de su país que ofrecía más oportunidades de empleo para mejorar la situación familiar. Sin embargo, las cosas no salieron como lo tenían planificado y regresaron a su comunidad, donde sus padres, apoyados por sus abuelos pudieron construir poco a poco lo que hoy es su hogar. 

Para Margarita, los estudios han sido la clave para vivir una vida que la empodera, que le permite apoyar a su comunidad a desarrollarse y tener un plan de vida digno de ella. En sus estudios se destacó como una de las mejores alumnas y una líder innata desde pequeña en la escuela. Culminó su educación básica con facilidad, pero el factor económico y las normas de género de la época (las cuales siempre apuntaron a los hombres como más importantes en recibir educación) le impidieron continuar sus estudios secundarios. Por esto, sus actividades cambiaron y durante su adolescencia, fue catequista, ya no estudiante principalmente. 

Alrededor de 1998, conoció a Plan International en su comunidad, esto le brindó la oportunidad de convertirse en voluntaria comunitaria de salud, ahí aprendió, entre otros temas, que tanto hombres como mujeres tienen los mismos derechos y no deben existir distinciones entre ambos. Como Margarita quería seguir estudiando, a los 18 años, abandonó su labor de voluntaria y comenzó a trabajar en tareas domésticas fuera de su hogar y comunidad para costear sus estudios. 

Cuando culminó la secundaria, regresó a su hogar natal y continuó con la universidad. Ahí, Margarita se convirtió en presidenta barrial de su comunidad; sus estudios le permitieron confirmar que ella sí podía expresar su opinión, hablar en público y liderar; ese liderazgo que incomodó a muchos que no creían en las capacidades y menospreciaron su trabajo y sus conocimientos. 

Durante su gestión comunitaria trabajó en diversas acciones y con esto cubrir muchas necesidades críticas como la ausencia de alumbrado público en varios sectores, vías en condiciones deplorables e iniciativas para la obtención del agua potable. Estas necesidades fueron conseguidas con mucho esfuerzo y una ardua gestión, Margarita pudo conseguirlo con personas que compartían sus objetivos e impulsada con sus conocimientos. 

En el 2012, Margarita retomó la participación activa de su comunidad con organizaciones externas que buscaban mejorar las condiciones de vida y contribuir al desarrollo comunitario como Plan International. Desde ese entonces se involucró directamente con la organización y comenzó un camino de soporte y ayuda a las otras personas que la han convertido en una mujer libre, decidida y empoderada, con la autoestima alta y muchas ganas de seguir aprendiendo y aportando al desarrollo de su comunidad. 

Ahora, Margarita es Ingeniera en Auditoría y ha obtenido un segundo título como Tecnóloga en Promoción Social. En varias ocasiones ha desempeñado ambas profesiones y se encuentra en constante aprendizaje. Es parte de la empresa social “INDICAP”, empresa que Plan International impulsó hace algún tiempo y acompañó en su creación, también es administradora de la Asociación de Producción Artesanal de Paja Toquilla “José María”, un emprendimiento de muchos años del cual forman parte los habitantes de su comunidad y que se consolidó al legalizarse como empresa gracias a su iniciativa y constante apoyo. 

Margarita aconseja a todas las personas, especialmente a las mujeres que lean su historia, que se inspiren y que se reinventen para perseguir sus sueños. “A veces parece muy difícil o imposible cumplir un sueño, pero con constancia todo se puede. Aunque todo parezca sombrío, el poder y el control los tenemos nosotras”. 

Autora: Melissa Velásquez, Asistente Técnica del Proyecto LACT 

Oficina Manabí 

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