Ingrid: estudiante, literata y poetisa que trabaja a favor de la juventud
Estudiante de derecho, literata y poetisa, ella es Ingrid. A sus 27 años, se describe como una mujer montubia, llena de valentía y constancia. Es la quinta de seis hermanos, su mamá Mérida, es una mujer campesina dedicada a la agricultura; viven en la provincia de Manabí, en la costa ecuatoriana. El arte, los estudios y el trabajo a favor de su comunidad han sido factores claves de esta gran lideresa que lucha a favor de los y las jóvenes de su comunidad.
Con nostalgia, recuerda las palabras de su padre antes de fallecer, “Ingrid tú vas a ser grande”. Aquellas palabras dejaron una huella en su corazón, ahora asegura ser afortunada al haber crecido en medio de valores disfrutando de una crianza positiva.
Aquella frase que su papá le dijo, empezó a tomar sentido cuando mitigó su dolor y tristeza con la literatura. A sus 12 años escribió su primera poesía titulada “Si mi almohada hablara”. Posteriormente, logró representar a Ecuador en el Centro Cultural Barco de Papel en Nueva York con su poemario “El dolor de tu ausencia”.
Por otro lado, su mamá Mérida le enseñó sobre la virtud de la fortaleza; junto a ella no creció rodeada de lujos, pero sí de buenos valores. “Hay madres que quieren dar el mundo a sus hijos, pero la mía me enseñó a conquistarlo”, expresa Ingrid.
Desde muy pequeña fue testigo de las vulneraciones de los derechos a las niñas y niños de su comunidad, el no tener vías de accesos ni recursos económicos impedían que los y las niñas puedan asistir a la escuela. El vivir de cerca estas desigualdades sociales y económicas la empoderaron para convertirse en lideresa en su comunidad. A sus 21 años, Ingrid publicó el libro “Silencios que matan”, con un mensaje que promueve la defensa de los derechos humanos y la igualdad de género.
Ingrid, es una manabita que se caracteriza por defender con firmeza los derechos de los montubios y montubias. Ella hace énfasis en que la agricultura, actividad a la que se dedica su madre, representa valentía y menciona que su lucha se enfoca en el empoderamiento económico y el trabajo.
Conoce a Plan International desde muy pequeña, ya que fue niña patrocinada. A través del patrocinio aprendió sobre derechos, valores, y resiliencia, logrando hoy ser una mujer empoderada con el propósito de construir un mundo más equitativo y libre de violencia.
Ingrid, destaca como una de sus virtudes su carácter “yo no doblego ante nadie, si vulneran mis derechos”. Ella considera que su carácter, los consejos de su mamá y el apoyo de Plan International a través del patrocinio y del proyecto Zona Libre de Embarazo en Adolescente, le dieron las herramientas para prevenir ser víctima de violencia sexual en una situación personal que vivió cuando tenía 16 años.
Su experiencia le ha permitido tener la oportunidad de nuevos retos, llegó a ser candidata a asambleísta de la provincia de Manabí y a ser candidata a la alcaldía del cantón Santa Ana. Otros factores también le han aportado para construir su proyecto de vida como fortalecer su autoestima y promover la creación de las defensorías comunitarias (grupos de mujeres que detectan violencia de género e intrafamiliar en sus comunidades y velan porque los derechos de la comunidad no sean vulnerados) junto a Plan International.
“No dejemos de luchar por las personas que más lo necesitan, es tiempo de romper barreras y fortalecernos para seguir aportando a un desarrollo sostenible en nuestras comunidades”.
Para Ingrid, ser lideresa, es enseñar con el ejemplo y demostrar al resto de personas que siendo mujeres se puede lograr los cambios que se quieren ver en el mundo, dignificando a las comunidades rurales, “la lucha aún sigue, y aquí estoy para seguir luchando” menciona.
Sin duda, participar en proyectos comunitarios le ha permitido trabajar por las personas más vulnerables del sector rural y promover el arte y cultura en los espacios de jóvenes.
“Quisiera que las personas me recuerden como una mujer valiente que nunca se dio por vencida y ser ejemplo para el resto”, menciona Ingrid como un mensaje final a la juventud.
Autora: Josselyn Bazurto, Técnica de Sostenibilidad
Oficina Manabí