“Yo era una niña callada, tímida, hasta que participé en un taller sobre derechos, autoestima… ahí empecé poco a poco, desde cuando era niña. Luego con el pasar del tiempo, fui asumiendo responsabilidades para realizar actividades con niños y niñas”.

Dayana es una joven valiente que lucha por alcanzar sus sueños.  Quiere tener un negocio propio, continuar con su trabajo comunitario y llegar a ser médica. Es muy proactiva, realiza muchas acciones de incidencia en su comunidad a favor de la igualdad de las niñas. Es promotora de los derechos sexuales y reproductivos y, además, forma parte del Movimiento Por ser Niña de Chimborazo, organización de la sociedad civil promovida por Plan International en Ecuador.

Dayana proviene de una familia humilde, tiene un hermano mellizo y tiene 3 hermanos más. Cuando ella cumplió su primer año de edad, su padre falleció debido a una enfermedad catastrófica. Desde entonces, su madre se convirtió en la responsable del cuidado y la crianza de sus hijos e hijas, una situación que se dificultaba con la escasez de dinero que vivían en ciertas épocas.

Gracias a la constancia y cariño de su madre, Dayana ha logrado salir adelante, así como, por su resiliencia y alegría. Dayana es una niña entusiasta, le gusta participar en las actividades de su comunidad, incluyendo talleres y proyectos.

En el 2019, cuando se promocionó la escuela de liderazgo, Dayana se interesó en participar y conversó con personal de Plan International para que le ayuden a pedir la autorización de su mamá. Después de conversar, su madre le dio su consentimiento y desde ese entonces, ha continuado involucrándose en varias iniciativas.

A los 14 años, Dayana fue elegida presidenta del club de adolescentes y promotora de los derechos sexuales y reproductivos. Después de recibir cursos sobre liderazgo, embarazo a temprana edad, equidad de género y prevención de la violencia sexual, ella se ha convertido en una lideresa que capacita a niños, niñas y adolescentes.

Dayana actualmente está cursando el tercer año de bachillerato.  Además de estudiar y participar en su comunidad, ayuda a su familia con diferentes quehaceres, por ejemplo, se levanta de madrugada para ordeñar las vacas o hacer el desayuno antes de ir a clases. Cuando no tiene clases, dedica su tiempo a la cosecha de fresas y cuidado de animales. “El asumir un compromiso es una responsabilidad que quizá requiera un mayor esfuerzo y dedicación, pero si es posible priorizar cosas que realmente son importantes.”

Una de sus metas al corto plazo es estudiar una carrera técnica para tener autonomía y otra fuente de ingresos económicos, también busca fortalecer sus habilidades blandas.  Le interesa estudiar belleza para ofrecer servicios relacionados y luego, con ese ingreso económico, ingresar a la universidad para estudiar medicina.  Sueña con ser una gran doctora.

 “Me encanta trabajar para mejorar vidas, ayudar a los demás y procurar que todas las personas con las que tengo un vínculo – en mayor o menor grado – sean felices, se sientan bien”.

Para chicas como Dayana, tener un plan de vida les ayuda a empoderarse y luchar por sus sueños. El trabajo comunitario, el acceso a educación y el apoyo familiar son factores que influyen en que Dayana y otras jóvenes salgan adelante y mejoren su calidad de vida y la de su comunidad.

Apoyar a niñas y jóvenes a vivir la vida que sueñan y merecen es responsabilidad de toda la sociedad.

Si quieres contribuir a que las niñas cumplan sus planes de vida dona en: https://plan.org.ec/rompamos-la-desigualdad/

Autora: Norma Mora, Técnica de Desarrollo Local

Oficina Chimborazo – Bolívar