COMUNICADO: PANDEMIA DEL COVID-19

18 MARZO 2020

La peor crisis de salud de esta generación está afectando gravemente a las economías más avanzadas, con un número creciente de víctimas mortales. No obstante, las consecuencias en los países en desarrollo, con sistemas de salud más frágiles, podrían ser mucho más devastadoras. 

Plan International, organización de desarrollo y humanitaria que trabaja por los derechos de la niñez, insta a los gobiernos a que tengan en cuenta a los grupos de población más vulnerable en su respuesta a la propagación del COVID-19.

La peor crisis de salud de esta generación está afectando gravemente a las economías más avanzadas, con un número creciente de víctimas mortales. No obstante, las consecuencias en los países en desarrollo, con sistemas de salud más frágiles, podrían ser mucho más devastadoras. 

Nuestra experiencia en crisis previas nos ha demostrado que las niñas y las jóvenes se ven especialmente afectadas durante las emergencias sanitarias. Aunque los niños y niñas parecen verse menos afectados por el COVID-19 que las personas adultas, la pandemia tendrá un impacto en el entorno en el que los niños y niñas crecen y se desarrollan. Los desafíos para los niños, y en particular las niñas, van desde la interrupción de la educación, el aumento del riesgo de violencia sexual y los riesgos para la salud mental, que serán mucho mayores en los países más pobres.

Plan International está presente en más de 75 países y trabaja en miles de comunidades de países en desarrollo a través de una red de casi 10.000 profesionales de diversos ámbitos. 

Como organización que trabaja de cerca con las comunidades, estamos muy preocupados por la forma en que la población más vulnerable y excluida tendrá que hacer frente al grave impacto sanitario, social y económico de esta crisis.

Estamos monitoreando la situación y evaluando los posibles impactos en nuestras operaciones, con el objetivo primordial de asegurar la protección y el bienestar de las comunidades en las que trabajamos y de nuestro equipo.

Seguimos de cerca las directrices de salud pública publicadas por los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud. El número de casos en los países en los que llevamos a cabo nuestros programas es actualmente bajo y nuestras operaciones en terreno no se han visto afectados hasta ahora. 

Sin embargo, estamos evaluando cómo podemos continuar nuestros programas y apoyar mejor a las niñas, los niños, las comunidades y los sistemas locales en situaciones de transmisión baja, media y alta.

Estamos recurriendo a nuestra experiencia en la respuesta a emergencias previas, como el brote de Ébola de 2014 en África Occidental. Trabajaremos para apoyar y proteger a las niñas y los niños más vulnerables de todo el mundo de la mejor manera posible. 

Nuestra respuesta se centrará en la colaboración con las comunidades, los gobiernos y las organizaciones aliadas para hacer frente a la propagación del COVID-19 a través la difusión de información sobre salud pública y la promoción de las mejores prácticas de higiene, incluida la instalación de estaciones para el lavado de manos.

Trabajaremos con el personal docente, los padres, madres y cuidadores y los proveedores de servicios de salud para asegurar que las niñas y los niños reciban el apoyo que necesitan durante esta crisis. 

También intensificaremos el apoyo y las medidas preventivas en todos los campamentos de refugiados y desplazados internos en los que trabajamos actualmente.

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