Soñando en grande, las mujeres impulsan el desarrollo de sus comunidades

Ramonita, como de cariño la llaman en el cantón Santa Ana, es una mujer lideresa, dinámica y emprendedora de 65 años, que siempre ha trabajado por el bienestar de su comunidad.

A sus 17 años, ella se casó con Manuel, tienen cuatro hijos, dos hijas y siete nietos; Manuel la conoció realizando labores sociales, por esta razón, él la ha apoyado en cada idea y proyectos comunitarios en los que ha participado.

En 1994, cuando ella tenía 34 años, Plan International empezó a trabajar en su comunidad para fortalecer las capacidades, habilidades y conocimientos de cada una de las personas incluyendo a hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes. Ramonita se involucró como voluntaria de la comunidad y empezó a participar activamente en cada uno de los talleres que se impartían.

“El haber aprendido sobre liderazgo, autoestima, empoderamiento e igualdad de género me permitió ser consciente de que estoy en la capacidad de defender mis derechos y los de mi comunidad.”

Al pensar en su futuro y cuál sería su proyecto de vida, Ramonita decidió retomar sus estudios. Gracias al convenio que Plan International tenía con algunas instituciones educativas, ella logró terminar el bachillerato a distancia cuando tenía 45 años. Luego, su deseo de seguir aprendiendo y creciendo como profesional le impulsó a graduarse como tecnóloga de desarrollo organizacional a sus 59 años. 

“Estudia porque un lápiz pesa menos que una pala”, era lo que constantemente Ramonita se repetía cuando reflexionaba sobre el esfuerzo físico que se requiere para trabajar en el campo, al contrario de las oportunidades laborales que pueden darse por estudiar.

Con sus conocimientos Ramonita se asoció con cinco madres de su comunidad para desarrollar un proyecto de emprendimiento. Inicialmente, pidieron apoyo al Ministerio de Agricultura y Ganadería para capacitarse sobre cómo darle valor agregado a los principales productos agrícolas que se producían en la comunidad. Así, el grupo de mujeres se capacitó para mejorar la producción y oferta de chifles, harina de plátano, rompope, yogurt y mermeladas orgánicas de naranja, guineo, sandía y piña. 

Posteriormente, las cinco mujeres desarrollaron el proyecto “Centro de Transformación Natupal” para fomentar un espacio de producción en su comunidad que cuente con las maquinarias y recursos adecuados; y esto lo lograron gracias al capital semilla autogestionado.

Natupal es un emprendimiento asociativo que promueve la economía de las mujeres de la zona rural mediante la comercialización de productos tradicionales y locales. Actualmente trabajan en esta iniciativa 16 mujeres, quienes están comercializando harina de plátano, chifle y rompope, productos que se distribuyen en las tiendas del cantón Santa Ana; el producto con mayor demanda es el chifle.

Como resultado, las mujeres han ganado independencia económica y han logrado mejorar la calidad de vida de sus familias. Ramonita, la encargada de la parte contable de Natupal, explica que aproximadamente cada una de las mujeres gana entre $23 y $25 al día.

“Es importante destacar que a partir de este proyecto […]hemos logrado dar empleabilidad a las mujeres de la comunidad”, mencionó Ramonita al referirse a uno de los logros más importantes.

Soñar en grande, finalizar los estudios, promover el empoderamiento de las mujeres e impulsar a la comunidad demuestra que muchas cosas se pueden articular y lograr cuando hay mujeres comprometidas como Ramonita.

Si quieres conocer más sobre el apoyo a mujeres emprendedoras visita: https://plan.org.ec/empoderamiento-economico-mujeres/

Autora: Josselyn Bazurto, Técnica de Sostenibilidad

Oficina Manabí

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