El 2020 fue un año de aprendizajes, nuevas experiencias, mucha solidaridad y grandes retos. Evidenciamos que un trabajo comprometido y realizado en conjunto con otros actores -entidades gubernamentales, sociedad civil, empresa privada- brinda resultados concretos y significativos a favor de las comunidades más vulnerables de Ecuador.

La pandemia del COVID-19 sorprendió a la humanidad entera. Como organización de desarrollo y que brinda asistencia humanitaria; desde el inicio de la emergencia, invertimos todos nuestros recursos -humanos, técnicos y financieros- para reducir el impacto de la crisis en las poblaciones más necesitadas. Esto incluyó esfuerzos para, responder y prevenir a la violencia de género, brindar acceso a alimentos e higiene, promover la educación, así como, desarrollar emprendimientos liderados por mujeres para la recuperación económica y social de las familias.

Tenemos un gran compromiso con el país, especialmente con la niñez y juventud. Con todos nuestros aliados trabajamos, en aquellas áreas, en donde sabemos que existe más necesidad y mayores posibilidades para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) tengan más oportunidades y más expectativas en torno a  mejorar su calidad de vida.

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