Antonia transformó su vida al buscar su felicidad

Estoy muy agradecida con Plan International y con las mujeres de mi organización, porque siempre estaban pendientes de cada una de nosotras, de nuestras preocupaciones, sugerencias, inquietudes y del acompañamiento en todo el proceso. Estoy contenta con mi fogón de leña ecológico, pues mi salud mejoró y estoy muy feliz”.  – Antonia, provincia de Chimborazo, Ecuador.

Antonia, una mujer alegre y generosa, de 54 años, forma parte de la Asociación de Mujeres “Wiñari” que, en quichua, su lengua ancestral, significa “crecer”. En su comunidad, ubicada en la provincia de Chimborazo. Sentada en el potrero, rodeada de maravillosos paisajes de la sierra ecuatoriana, nos habla con pasión sobre el valor que ella como mujer, lideresa de hogar, otorga a su cultura, vestimenta, idioma, comunidad y familia. Con 8 hijos a cuestas, cinco de ellos casados, dos que emigraron a otro país y una menor viviendo con ella y su esposo, la vida de Antonia siempre ha estado enlazada con el trabajo duro y la responsabilidad familiar.

Desde sus días de infancia, Antonia recuerda haber apoyado a su madre en las tareas domésticas y del campo. Comenta que las niñas y mujeres en su comunidad suelen hacer actividades como abonar la tierra, regar sembríos, alimentar animales además de tareas domésticas: “solíamos lavar ropa en los ríos, limpiar las casas o cocinar, siempre fue así”, comenta con nostalgia.

Cuando se casó, sus responsabilidades aumentaron drásticamente, eran muy diferentes a las que tenía cuando vivía con sus padres. De repente, se encontraba sola, encargándose del hogar, los animales y los cultivos, además de cuidar a sus hijos. Su esposo, frecuentemente ausente, buscaba trabajo fuera de la comunidad, y solo podía ayudarle los fines de semana.

El día a día de Antonia comenzaba muy temprano, a las cinco de la mañana, cuando se levantaba para preparar el desayuno. Dejaba la leña y los recipientes con agua listos desde el día anterior para ahorrar tiempo. La cocina estaba a pocos pasos del dormitorio, pero cocinar en medio del humo del fogón era inevitable. Durante años, cocinó arrodillada, soportando el humo que le afectó seriamente a sus ojos, dejándola casi ciega. Sin embargo, hace aproximadamente dos años, Antonia logró mejorar su visión.

Después de someterse a diversos tratamientos médicos, Antonia empezó a usar un par de lentes que le permitieron recuperar parte de su vista. Aunque al principio se sintió incómoda con ellos, hoy los lleva con orgullo y se siente agradecida porque pudo volver a ver con claridad. El desafío que se le presentó fue cómo cuidar su casa y también velar por su salud.

La vida de Antonia continuó mejorando -y esta vez con más fuerza- cuando su comunidad, Plan International y Fundación Mashcana, se unieron para construir fogones cómodos, ecológicos y modernos. Esta iniciativa forma parte de un proyecto de mejoramiento de vida enfocado en buscar las felicidades. Actualmente, ella puede cocinar sin tener que arrodillarse o inhalar el humo tóxico. La casa es más cálida, la comida permanece caliente y, sobre todo, su salud está más protegida.

En su comunidad en Chimborazo, por alrededor de dos meses, se implementaron talleres que tenían como objetivo que mujeres, entre ellas, Antonia, identifiquen qué les haría felices y qué les daría una mejor calidad de vida. Ellas reflexionaron sobre qué necesitarían para lograr esta felicidad, tanto en su bienestar como en sus entornos y maneras de vivir. Es así que, una de las “felicidades” identificadas fue el fogón ecológico, lo que les permitiría cocinar de manera más cómoda y segura para su salud y la de su familia.

La historia de Antonia, al igual que la de las demás mujeres “Wiñari”, demuestra cómo al lograr un cambio estructural en las casas -como fue la implementación del fogón ecológico- este se convierte en un testimonio palpable e inspirador de cómo el cambio impacta significativamente cuando se trabaja desde la búsqueda de la felicidad y en alianza con las comunidades para la mejora de la calidad de vida.  

El trabajo para el empoderamiento de las mujeres hace posible que lideresas como Antonia puedan tener vidas inspiradoras y libres de dolencias, como todas se merecen.

La valiente Antonia ha demostrado también que, aunque los desafíos pueden ser grandes, el espíritu humano y la colaboración pueden marcar la diferencia y transformar vidas de manera sorprendente.

Si quieres conocer más de nuestro proyecto enfocado en “Mejoramiento de Vida y las Felicidades”, visita: https://plan.org.ec/en-los-andes-ecuatorianos-un-grupo-de-mujeres-encuentra-cuatro-felicidades/

Autora: Fanny Yaucén, Coordinadora de Proyecto

Oficina Chimborazo-Bolívar