Aura, una mujer resiliente

Aura es una mujer emprendedora de 55 años. Nació y creció en una comunidad rural del cantón Portoviejo en la costa ecuatoriana dentro de una familia numerosa con 11 hermanas y hermanos. Su padre era un hombre conformista y machista, quien a lo largo de su vida demostró que creía que las mujeres solo debían aprender lo básico para vivir y para la maternidad. Sin embargo, su madre, una mujer cariñosa y optimista, siempre motivó a sus hijas e hijos a estudiar y prepararse, ella veía la educación como la herramienta poderosa para salir adelante y obtener oportunidades.

“A los 17 años, terminé el bachillerato y, como era común en esa época, me enamoré rápidamente y me casé a los 18. Creía que había encontrado al amor de mi vida, pero mi realidad se tornó oscura cuando quedé embarazada a los 19 años”, así comienza Aura a relatar su historia.

Aura es sobreviviente de violencia basada en género, violencia que fue ejercida por su expareja, un hombre racista y machista. Mi pareja comenzó a maltratarme física y psicológicamente. Al casi finalizar mi embarazo mi hija falleció en mi vientre y una negligencia médica provocó una infección que resultó en la extracción de mi útero. Caí en una profunda depresión, mientras seguía viviendo con mi agresor”.

Después de perder a su hija, intentó adoptar a un niño, pero su pareja al ver que era de piel morena, se negó. Después de una serie agresiones físicas fuertes y maltrato psicológico Aura decidió migrar. “Fue en ese momento que decidí huir con la ayuda de una amiga que había migrado”.

A los 24 años, migró a España huyendo de la violencia de género y psicológica, comenzó a trabajar como empleada doméstica. Fue muy duro al principio, ya que no tenía papeles y estaba en situación ilegal. Afortunadamente, encontró trabajo en una casa donde su jefa la ayudó a regularizar su situación como migrante. Después de dos años, volvió a Ecuador de vacaciones, y después de que su expareja la convenciera de regresar con él prometiéndole no volver a maltratarla, Aura regresó a España, pero ahora junto a su expareja. Sin embargo, la historia se repitió y los golpes volvieron, Aura huyó nuevamente y se divorció.

“Comencé a trabajar en mi autoestima y autovaloración, y me di una nueva oportunidad en el amor. Me uní a mi actual pareja, con quien adopté a una niña en España después de un proceso de dos años. Quería ser una madre presente, pero la jornada laboral en España era muy pesada. Así que, después de 23 años, decidí regresar a Ecuador para disfrutar de mi hija y su crecimiento”, menciona Aura.

En el 2016, regresó a Ecuador con su hija de 8 años. Descubrió que su lugar seguro era su país y su comunidad donde sintió la plenitud de ser madre. Con el tiempo, para salir adelante, identificó una oportunidad de negocio y abrió un bazar que ha crecido con el tiempo.

Ella conoce a Plan International desde hace más de 6 años, ya que en su comunidad hay un grupo de ahorro al que ella quería unirse y lo logró. El grupo pertenece a las  cajas de ahorro comunitarias que se crearon dentro de un proyecto de Plan que brinda habilidades para alcanzar el empoderamiento económico. Este proyecto promueve que las personas, en especial las mujeres, desarrollen su capacidad emprendedora apoyándolas en la creación de grupos de ahorro comunitario. Para Aura esto ha sido de gran apoyo, ya que se ha beneficiado con créditos para hacer crecer su emprendimiento. También ha participado en capacitaciones sobre educación financiera, ahorro e inversión. Recientemente asiste a los talleres del proyecto denominado “Construyendo Ciudades Resilientes”, donde ha aprendido sobre la prevención y gestión de riesgos naturales.

“Para mí, estos proyectos han sido una forma fantástica de ayudar a las comunidades. Me estoy preparando para ser parte de una escuela de liderazgo para personas emprendedoras. Anhelo seguir fortaleciéndome como mujer y como emprendedora empoderada y lideresa”, comenta Aura con entusiasmo.

Para finalizar su historia de resiliencia y empoderamiento, Aura deja un mensaje a las mujeres: “Les diría que se valoren, que se preparen y que no se rindan jamás. No permitan que nadie las humille ni las maltrate. Si alguien les quiere hacer daño, sepárense de esa persona. Me tomó años recuperarme y poder decir que merezco lo mejor”.

Autora: Josselyn Bazurto, Técnica de Sostenibilidad

Oficina Manabí

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