La historia de Andrea nos inspira y demuestra el optimismo con el que las niñas y jóvenes defienden sus derechos y luchan para acelerar el reloj, es decir, para lograr la igualdad en menos tiempo, con el apoyo de todos los actores de la sociedad.

Andrea vive en un barrio de Guayaquil, puerto principal en la Costa ecuatoriana, donde los niveles de violencia actualmente son altos e impactan negativamente la vida cotidiana de sus habitantes. Ella es una adolescente carismática, empática y solidaria, quien sabe equilibrar sus desafíos diarios con sus ganas de superarse y de brindar apoyo a quienes la rodean. Ella es una lideresa que se dedica a la defensa de los derechos de las niñas y las mujeres en su comunidad.

Andrea vive junto a su madre, padre y su tía materna; es la menor y tiene cuatro hermanos varones. Ella considera que su familia es luchadora, siempre la han impulsado a participar en actividades diversas y a buscar nuevas oportunidades. Su madre, especialmente, ha sido ese motor quien la ha motivado a aprender y a integrarse con otras personas; ella la acompaña frecuentemente a diversos eventos.

Andrea recuerda que cuando era niña y hasta el inicio de su adolescencia, ella participaba únicamente en actividades de una iglesia de su comunidad. La timidez era una de sus características, no confiaba en las personas y sentía miedo al interactuar con ellas. Estar sola la mayor parte de su tiempo, le hacía sentirse segura y protegida.

Esto empezó a cambiar, en cuanto decidió participar en los procesos de Plan International, a sus 14 años. Su personalidad poco a poco era otra, tenía más confianza en sí misma y mayor autoestima.

En una reunión del proyecto “Aprender y Estar Protegidas”, Andrea aprendió sobre liderazgo, tener voz, y sobre la importancia de actuar en las áreas que le interesen.

“Dudaba en participar en un inicio, pero por pedido y motivación de mi madre decidí ir, lo que más me llamó la atención y me encantó en esa primera reunión fue que nos dijeron: todos los comentarios que digan son importantes, no hay comentario bueno o malo, todos son válidos. Eso me hizo sentir en un espacio donde siempre mi voz se iba a escuchar”.

El proyecto “Aprender y Estar Protegidas”, desarrollado en asocio con Beiersdorf y Plan International Ecuador, tuvo como objetivos, apoyar a adolescentes a ejercer sus derechos a la educación y a protegerse contra la violencia de género, también trataba temas como la prevención del embarazo adolescente y la violencia sexual.

Al aprender sobre la prevención de la violencia, Andrea se motivó a actuar sobre la misma. Esto la impulsó a postularse y la eligieron como presidenta del Gobierno Estudiantil de su colegio a sus 16 años. Para ella, este cargo representaba una oportunidad única para contribuir al bienestar y participación de más niñas, niños y adolescentes. Andrea lideró y organizó charlas en colaboración con el Departamento de Consejería Estudiantil, desarrolló actividades lúdicas para promover la prevención de la violencia, el embarazo adolescente, el desarrollo de proyectos de vida y la prevención del abuso sexual. “Como ya participaba en los talleres del proyecto de Plan, quería implementar algo similar en mi colegio”.

Adicionalmente, Andrea se unió al comité de comunicación del Movimiento Ser Niña, movimiento liderado por adolescentes y jóvenes comprometidos con la defensa de los derechos y la igualdad de las niñas y mujeres. Las actividades del comité y del Movimiento han fortalecido el desarrollo de sus habilidades de expresión y oratoria. “Cuando me integré a este movimiento, sentí que las otras chicas estaban en confianza y seguras, yo dije: aquí es mi lugar, aquí es donde me siento feliz, siento que las personas se escuchan, sin ser juzgados, aquí he perdido el miedo de expresar mis ideas”.

Actualmente, como vocera del Movimiento por Ser Niña en la Mesa Intersectorial de Erradicación y Prevención del Embarazo Adolescente, se dedica a sensibilizar y visibilizar los desafíos que enfrentan las niñas y adolescentes mujeres. Desde este rol, busca exigir acciones y compromisos de las autoridades para defender y garantizar sus derechos, especialmente sobre derechos sexuales y reproductivos, la integridad personal y el derecho a una vida libre de violencia.

En el 2023, a sus 17 años, ella postuló al Programa de Intercambio Cultural del Departamento de Estado de los Estados Unidos “Jóvenes Embajadores”, y la seleccionaron.  Dentro de este programa Andrea presentó su proyecto “Construyendo Caminos”, enfocado en la prevención de la violencia hacia las niñas y en el desarrollo de habilidades para defensa personal.

Sobre su futuro, Andrea cree firmemente que logrará conseguir un cupo para estudiar la carrera de sociología o psicología en la universidad.

“Hay que ser optimistas y determinadas por lo que uno quiere, no rendirse hasta alcanzar nuestras metas”, recalca Andrea con seguridad.

Andrea es una activista ejemplar en la prevención de la violencia hacia las niñas y mujeres; ella se esfuerza diariamente y dice que no va a parar hasta lograr la igualdad.

Autor: Judson Merizalde, Técnico de Sostenibilidad
Oficina Guayas – Los Ríos

Aún faltan 131 años para lograr la igualdad de género[1]. En Plan International trabajamos para que el optimismo perseverante de las niñas y los niños, de nuestro equipo y de nuestros socios reduzca el tiempo que las niñas y mujeres deben esperar para tener igualdad de derechos.

Con tu donación podemos acelerar el reloj. Dona en https://plan.org.ec/donar/

¡Somos Plan International y no nos detendremos hasta lograr la igualdad!

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[1] Foro Económico Mundial, junio 2023.