Unión temprana y maternidad adolescente: Jen busca retomar su vida

Jen (nombre ficticio) es una joven de 18 años que vive en la provincia de Manabí en la costa de Ecuador. Ella vive con sus padres, sus 3 hermanos, su pareja y su hija de 6 meses. Su familia vive del campo, crianza de animales menores y su padre ha generado ingresos en el negocio de ladrillos y carbón. A los 15 años, Jen se unió a su “esposo” (como ella lo llama, aunque no hay un matrimonio legal de por medio) cuando él tenía 22 y se conocieron cuando ella tenía 13 años ya que eran vecinos en la misma comunidad.

Tomaron la decisión de vivir juntos porque Jen tenía presión en su familia por muchos problemas, falta de comprensión y una mala comunicación. En un inicio su familia no estuvo de acuerdo con su relación, eso hizo que tomen la decisión de irse juntos a la casa del padre de su pareja. Su experiencia en la casa del padre de su pareja no fue positiva ya que el trato hacia ella era duro por las expectativas que sus suegros tenían de su rol como mujer y pareja de su hijo. “No tenía confianza de contar sobre mi relación con él a mi familia. Aquí no lo querían porque era mayor que yo”.

A los 17 años quedó embarazada y ya que debía cuidar de su hija en su nacimiento, dejó sus estudios. Ahora, con una bebé de 6 meses, ella dice que pronto volverá para estudiar su universidad pero que entiende que es un desafío por el cuidado de su bebé y su pareja quien trabaja largas horas siendo chofer. “Yo después de terminar este año voy a postular para ingresar a la universidad, así me toque andar con mi bebé, yo voy a seguir estudiando para obtener un título que me ayude con un trabajo para también ayudar con ingreso de dinero para nuestra casa”dice Jen sobre la pausa en sus estudios y planes de retomarlos.

En Ecuador, desde el 2015 la ley establece que solo se puede contraer matrimonio a partir de los 18 años1 y el Código Integral Penal (COIP) señala que cualquier relación sexual con una niña menor de 14 años es considerada una violación, cuya pena puede llegar a los 22 años de prisión. En comunidades como la de Jen, es frecuente que las niñas y adolescentes se unan a temprana edad y esto continúa siendo uno de los motivos por los que sus proyectos de vida, especialmente de las niñas y adolescentes, se ven afectados. Las causas, son generalmente los patrones culturales y familiares, la pobreza extrema de las familias de zonas rurales y la falta de acceso a la educación. A las uniones tempranas se vinculan estrechamente los embarazos en adolescentes. Es así que, en la provincia de Manabí, donde reside Jen con su familia, específicamente en su comunidad, existe un número alto de embarazos de niñas entre los 10 y los 14 años.

Ellos (sus padres) lo querían denunciar y mandar a la cárcel porque era mayor que yo…por aquí la costumbre es que cuando una persona se va así con otra buscan padrinos y ellos hablan por nosotros”. Esta práctica está normalizada al punto de que existen “soluciones” o “alternativas” a las cuales parejas como la de Jen recurren. Una de estas alternativas consiste en buscar un “padrinazgo” de personas que generen confianza e intercedan con la parte en desacuerdo para abogar por que la relación sea permitida por las familias. En el caso de Jen, sus padres querían denunciar y meter preso a su pareja por estar con su hija menor de edad, pero fueron sus tíos políticos quienes abogaron por su relación y prometieron a sus padres que todo iba a ir bien dentro de su unión. Esto resultó en una aceptación por parte de sus padres a pesar de que su preocupación más grande era que Jen deje sus estudios y trunque sus planes de vida.

Jen comenta que su unión sí ha tenido repercusiones en su vida. Y ese es otro punto a tomar en cuenta, que en las jóvenes y niñas unidas y que son madres a temprana edad, se genera una presión por parte de las familias por ser la persona encargada del cuidado y de las tareas domésticas del hogar; un trabajo no reconocido y peor aún remunerado. “Fue un arrebato de una niña de apenas 15 años que no sabía nada de la vida” dice Jen.

Aunque exista la normalización de esta práctica, mujeres como Jen están conscientes de que, al haberse unido, las ubica en un lugar de vulnerabilidad pues se convierten en “las cuidadoras” de sus familias antes que estudiantes o profesionales. “No me hubiese ido con él tan temprano, sino hubiera preferido ser una pareja de novios viviendo por separado y aceptado por ambas familias… no viviendo en una unión libre”. En retrospectiva ella dice que hubiera preferido tener una relación de noviazgo por separado en vez de haberse unido a los 15 años ya que la unión implica muchos desafíos económicos, de relacionamiento y de adaptación.

Plan International trabaja en Ecuador para prevenir las uniones tempranas y el embarazo adolescente a través de programas que buscan facilitar el acceso a servicios de salud sexual de calidad y eliminar prácticas nocivas como los matrimonios y uniones tempranas y forzadas. Estos programas buscan dar la oportunidad y la confianza a las niñas y jóvenes de desarrollar su potencial, cumplir sus aspiraciones y disfrutar de sus derechos.

Autora: Andrea Aguirre, Especialista en Comunicación y Relaciones Públicas

Plan International Ecuador

1 https://www.asambleanacional.gob.ec/es/noticia/35789-edad-minima-de-matrimonio-sera-de-18-anos-aprobada#:~:text=Edad%20m%C3%ADnima%20de%20matrimonio%20ser%C3%A1,Aprobada%20reforma%20al%20C%C3%B3digo%20Civil