Lorenza voluntaria

Lorenza, una vida de esfuerzo y superación

Me llamo Lorenza, tengo 47 años y vengo de una comunidad rural de Guaranda. Llevo más de 12 años como voluntaria comunitaria. Quiero contarles sobre mi vida y cómo me he superado a pesar de las dificultades.

Soy la segunda hija de seis hermanos. Mi vida cuando era niña era muy dura porque realizaba actividades de agricultura, cuidado de animales y tareas domésticas. Además, cuidaba de mis hermanos. Mi padre y madre solo querían que estudien mis hermanos varones. Sin embargo, yo tenía muchas ganas de aprender y, a pesar de no recibir el apoyo de mis padres, ideé modos para seguir estudiando y culminar el bachillerato.

Antes, en las zonas rurales se tenía que caminar mucho porque no había carreteras ni autos. En los días de feria en la parroquia, mis padres compraban productos y lo que alcanzaba lo llevaban en caballos, el resto de productos los llevábamos mis hermanos y yo.

Por motivos de trabajo, mis padres a veces migraban a otras zonas, por lo que tenía que quedarme al frente del hogar y al cargo del cuidado de mis hermanos. Recuerdo que siempre tenía miedo de lo que pudiera pasarles, que enfermen o que la comida no alcance hasta que mis padres regresen.

Como ven, siempre he tenido que luchar muy duro para alcanzar mis metas. A mis 20 años me casé y tuve 3 hijos. Vivíamos muy contentos con mi esposo, a pesar de las necesidades. Sin embargo, un día mi esposo enfermó y después falleció. A mis 29 años enviudé y tuve que salir adelante con mis hijos. Hice cultivos de productos y ventas de animalitos en la comunidad y en los días de feria. Con este trabajo he podido darles la educación y sacarlos adelante.

Ahora, después de tanto tiempo de haber estado sola sin mi esposo, conocí a Isidro con quien decidimos juntar nuestras vidas. Él me ha apoyado mucho e impulsado a superarme, a terminar mis estudios y graduarme de bachiller. Estoy agradecida porque ha sido una buena persona que siempre se ha preocupado por mí.

Siempre me había interesado el capacitarme y aprender nuevas cosas. Por eso hace 12 años comencé a participar en algunos talleres con Plan International como voluntaria comunitaria en temas muy interesantes que personalmente me han ayudado mucho. Aprendí a valorarme más como mujer, a respetar los derechos de los demás y, especialmente, a criarles a mis hijos sin maltrato y con mayor confianza. Además, también llegué a ser Vocal del Gobierno Autónomo Descentralizado.

Me siento orgullosa de haber podido apoyar, junto a Plan International, a que las chicas y jóvenes de la comunidad. Ellas pueden desarrollar sus capacidades de liderazgo para generar procesos de cambio para parar el maltrato por parte de hombres y hacer oír sus voces. Ahora, por primera vez, tenemos a una compañera mujer que es presidenta de la comunidad. Este es un reflejo del trabajo que estamos realizando.

Estoy agradecida con Plan International y mi comunidad por darme la oportunidad de ser voluntaria por tanto tiempo. Esta ha sido una experiencia enriquecedora que me ha enseñado mucho, desde cómo hacer pequeños emprendimientos, hasta motivar a las chicas a construir sus planes de vida y evitar embarazos tempranos. Este año he sido elegida como parte de la Directiva de mi comunidad, donde siempre trabajaré defendiendo los derechos de las personas, en especial para que las niñas y mujeres no sufran más violencia y puedan desarrollar su autoestima y autonomía. ¡Es mi compromiso seguir trabajando por el desarrollo de mi comunidad!

Lorenza

Historia recopilada por: David Jiménez, Técnico de Desarrollo Local | Oficina Chimborazo – Bolívar