Dilo en voz alta
Muchos programas de salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR) se imparten a través de una perspectiva de riesgo sexual, lo que significa hacer hincapié en las consecuencias negativas de la actividad sexual, como los embarazos no deseados o las infecciones de transmisión sexual. Mientras que se ha prestado menos atención a destacar los aspectos positivos y saludables de la sexualidad y las experiencias sexuales.
Es necesario comprender de mejor forma el bienestar sexual de las y los jóvenes y su capacidad para dar y recibir el consentimiento sexual, para así, incluirlo en los programas y políticas para jóvenes. Con esto en mente, y para informar nuestro trabajo de programación y defensa de los derechos sexuales y reproductivos, Plan International hizo una investigación para explorar las perspectivas de los jóvenes sobre el bienestar sexual y el consentimiento. La investigación incluye la recopilación de datos cualitativos primarios con jóvenes de entre 18 y 24 años en Uganda y Ecuador.
Resultados clave:
- La mayoría de los jóvenes no experimentaron plenamente el bienestar sexual en sus relaciones.
- El consentimiento sexual es complejo: normalmente se comunica a través de pistas no verbales y a menudo se malinterpreta, se asume o es difícil de conseguir.
- La violencia y las relaciones sexuales no consentidas son con demasiada frecuencia un componente de las relaciones sexuales de los jóvenes. Las normas de género hacen que la igualdad entre hombres y mujeres jóvenes sea escasa y que las mujeres jóvenes sean especialmente vulnerables.
- La comunicación entre padres e hijos suele ser limitada y, aunque los jóvenes desean recibir apoyo e información de sus padres, muchos de ellos carecen de información o se sienten demasiado avergonzados para hablar de sexo y sexualidad.
- Los jóvenes piden educación sexual, pero en general, esta no está disponible en las comunidades de las que proceden; intentan educarse a sí mismos pero la información de los medios sociales y de sus compañeros suele ser engañosa.
Recomendaciones:
Este informe deja clara la necesidad de un enfoque holístico y positivo en materia de sexo que aborde los cambios necesarios a nivel individual, normativo y estructural para mejorar el bienestar sexual de los adolescentes y jóvenes.
El informe termina con recomendaciones concretas para los programas de derechos sexuales y reproductivos, los responsables políticos y los profesionales nacionales y mundiales:
- Adoptar un enfoque sexual positivo – Un enfoque sexual positivo se centra en apoyar y permitir a los adolescentes y jóvenes explorar, experimentar y expresar su sexualidad de forma saludable, positiva, placentera y segura, en lugar de centrarse únicamente en prevenir las consecuencias negativas para la salud. Los enfoques sexuales positivos abordan los riesgos y las preocupaciones asociadas a la sexualidad sin reforzar el miedo, la vergüenza o el tabú.
- Incluir a los adolescentes y jóvenes de todas las edades en el trabajo sobre derechos sexuales y reproductivos, incluidos los más jóvenes.
- Reforzar la Educación sexual integral (ESI) de calidad para abordar la sexualidad positiva y promover la comprensión de las dinámicas de género y de poder.
- Involucrar a las familias para que estén equipadas y apoyadas para contribuir al bienestar sexual positivo.
- Desafiar las normas sociales y de género negativas y abordar los tabúes y el estigma.
- Garantizar que los marcos legales y políticos sobre la edad de consentimiento sexual no restrinjan los derechos de los adolescentes y los jóvenes, ni el acceso a la información, la educación y los servicios de salud sexual y reproductiva.
- Invertir en más investigación, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.