Miria, apicultora, emprendedora y voluntaria empoderada

En medio de un clima cálido y paisajes verdes, está ubicado el cantón Olmedo en la provincia de Loja al sur de Ecuador. Un lugar con gente muy generosa y trabajadora que busca salir adelante. Aquí vive Miria, una voluntaria comunitaria involucrada en el desarrollo de su comunidad.

Junto a su esposo Teo, tienen una pequeña tienda en la cual el producto estrella es la miel de abeja. Desde su hogar, donde gestionan su negocio, Miria se dedica a la elaboración y comercialización de la miel, que deleita los paladares de muchos a su alrededor. Este emprendimiento se pudo crear gracias al apoyo de Plan International, el cual forma parte de los proyectos de empoderamiento económico que buscan impulsar la economía familiar de las mujeres.

Miria, al igual que otras voluntarias comunitarias, se ha vinculado con Plan International a través de su participación en distintas actividades, en su caso, relacionadas con la prevención de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI). Una de las iniciativas más importantes en las que Miria se involucra es la creación de platos llamativos para promover una alimentación saludable. Estos alimentos, además de contener un alto índice nutricional, rescatan sabores ancestrales de su localidad.

Desde tortillas de choclo hasta colada de zapallo, las voluntarias logran cautivar las papilas gustativas de sus hijas e hijos, aportándoles las vitaminas y los nutrientes que necesitan para su sano crecimiento. Pero sus platos no se quedan solo en sus hogares, ellas también los llevan a las ferias nutricionales y ancestrales. En estos espacios, incluso el alcalde del cantón, quien fue niño patrocinado de Plan International, degusta y aprende sobre la elaboración de estos manjares.

La historia de Miria con Plan se ha construido por más de ocho años y se ha fortalecido a través del apoyo a su emprendimiento de miel, lo cual la motiva a retribuir trabajando con su comunidad. “Nosotros salimos del país y cuando regresamos, empecé con el voluntariado. Me dijeron que había capacitaciones para cualquier emprendimiento que tuviéramos en mente. Si estabas empezando y tenías una visión, nos podían dar capital semilla para poder seguir adelante”, cuenta Miria con entusiasmo recordando cómo después de haber migrado, al regresar a Ecuador le brindaron una oportunidad para crecer.

Inicialmente, ella y su esposo se dedicaban a la agricultura, pero un día Miria decidió arrancar su emprendimiento, aprovechando que su esposo ya contaba con un cajón de abejas. Al comienzo, ambos utilizaban herramientas artesanales, una de ellas es el ahumador, que hasta ahora lo usan e incluso ha dado mejores resultados que las herramientas modernas. Este ahumador, creado por Teo, sirve para que las abejas salgan del panal y se pueda extraer la miel con mayor facilidad. Cuando ellas perciben el humo de la leña quemada, lo interpretan como una señal de peligro, por lo que es el momento perfecto para obtener la miel sin picaduras.

Su nuevo negocio significa un reto, este ha sido cultivado con esfuerzo y dedicación, pero definitivamente tiene sus riesgos. Miria recuerda las ocasiones en que sus familiares han sido picados por sus abejas e incluso ella todavía siente cierto temor y recelo cada vez que se acerca a los panales. Ella cuenta con humor la vez que un apicultor experto la visitó y terminó huyendo de sus “abejitas”, pues su especie se caracteriza por ser “bravas”.

Por su salud y seguridad, es importante que Miria y Teo cuenten con materiales de calidad para poder implementar su emprendimiento de manera adecuada. Al principio, solo utilizaban varias capas de ropa como protección y esta no era suficiente. “Con el capital semilla que me dio Plan, pudimos comprar los trajes nuevos porque los que teníamos ya estaban viejitos, también la cera estampada para el cuidado de las abejas y los envases para la mejor presentación del producto¨, detalla Miria.

Aunque el apoyo recibido ha sido clave para el estreno y la evolución del emprendimiento de Miria, también fue importante que ella creyera en sí misma. Su empoderamiento la llevó a identificar una oportunidad y decidió arriesgarse para crecer junto a su familia. “Su esposo la apoya en todo momento y es el más emocionado”, indica Silvia Macías, Técnica de Desarrollo Local de Plan International.

La historia de Miria demuestra cómo el empoderamiento económico de las mujeres aporta a sus finanzas, pero especialmente revela cómo contribuye a que se sientan orgullosas de sí mismas. A futuro, Miria pretende continuar con la apicultura y sacar provecho de otros productos derivados de esta actividad como el propóleo.

Desde Plan International impulsamos a que mujeres como Miria sueñen en grande y se vuelvan exitosas e independientes.

¡No nos detendremos hasta lograr la igualdad!

Autora: Samantha Ramírez, Asistente de Comunicación.

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